¡SABOTAJE! ¡LOS ANCLAJES!
Si la gente podría estar tranquila en algún momento, algo sucedía. Menos mal que yo estaba allí para ayudar, y el Jefe, y todos. Todos queríamos salir de allí, todos queríamos sobrevivir y encontrar un nuevo hogar.
De alguna manera, tras el ataque de la noche y la desaparición de nuestro querido sistema solar, una explosión nos quitó la tranquilidad a golpes. Al parecer, los anclajes de una de las Mandamientos habían sido saboteados y habían quedado desperdigados por todo el lugar.
Era cuestión de vida o muerte encontrarlos y repararlos, y no por que peligrara la integridad de la nave, sino por que uno de los bloques que la conformaban podía caer en el vacío del hiperespacio si no actuabamos de prisa. En ese momento, todos nos pusimos manos a la obra para reparar los anclajes, algunos con sus dotes de mecánica, otros simplemente buscando las piezas que faltaban.
Yo he sido uno de los que encontré una de ellas y rápidamente, me puse en contacto con mis amigos los tuercas para reparar lo que hacía falta.
Sin embargo, tras reparar la tercera parte de cuatro, algo sucedió. La cuarta pieza no aparecía por ninguna parte.
Estaba claro que alguien la había encontrado, y se había encargado de hacerla desaparecer. ¿Quién podría haber sido? No quiero señalar a nadie, pero en un momento, pude ver una reunión entre el actual comandante en jefe de todos, el señor Viejo Carson y mi gran amigo el Mafias.
No somos tontos, y todos sabemos sumar dos más dos. Ya que después de esa reunión, la pieza apareció y todos pudimos estar muy tranquilos.
Desde este periódico, quiero hacer llegar un gran ¡Hurra! a los que se encargaron de que las piezas encajen en su sitio con corrección.
Desde aquí, un gran saludo a ellos.